Las escuelas matan la creatividad

La escuela mata la creatividad. Es una frase bastante controvertida como para comenzar una reflexión, o para utilizarla en un seminario, pero a través de ella, Sir Ken Robinson hace un análisis muy acertado de la realidad educativa. 

Las personas, generalmente se enfocan en que la educación que reciben sus hijos sea principalmente un medio para la movilidad social y la seguridad económica. Muchos padres y apoderados enfatizan en entregar más oportunidades para sus hijos, más de las que ellos tuvieron, es aquí donde primariamente el factor escuela influye en este proceso. 
Estando insertos en establecimientos principalmente públicos, se prioriza la estructuración de la clase por sobretodo, que la mayoría de los alumnos/as se sienten mirando al docente, que se concentren en cumplir con éxito lo planificado, entre otras cosas, y no se ocupan del desarrollo de las opiniones de los alumnos, para formar seres pensantes, reflexivos y críticos que se superen de manera exitosa y lleguen a ser grandes profesionales, con gusto y ganas de proyectarse en el área de su elección, sea cual sea. 

Las escuelas muchas veces no permiten que los alumnos expresen sus propias ideas u opiniones, por lo cual no se establecen espacios para la creatividad y desarrollo de estas, o si existen, son muy pocas las instancias que lo permiten. Por esto, pensamos que la educación debiera permitir el desarrollo de las habilidades en general, la creatividad y las destrezas y potencialidades de cada estudiante. 
Puede sonar como una frase cliché, pero es cierto que los niños y niñas son el futuro de nuestro país, y si alguna vez pretendemos dejar de ser un país "en vías de desarrollo" y transformarnos en un país desarrollado, es necesario formar líderes con opinión propia, reflexivos, proactivos y libres de pensamiento.