"Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo, en cada vuelo, en cada vida y en cada sueño, perdurará siempre la huella del camino enseñado". Madre Teresa De Calcuta (1910-1997).

lunes, 23 de mayo de 2011

¿Qué entendemos por "liderazgo docente"?

Es una función implícita en la tarea docente, propone al profesor un cambio de visión pedagógica y lo invita a ser un agente generador de cambios. 
Para transformarse en un generador de cambio, se requiere tomar conciencia de la realidad y de la necesidad de cambiar, para luego ser capaz con toda autoridad de tomar decisiones.  Esto quiere decir que el docente se debe convertir en un líder transformacional, porque debe tomar decisiones que motiven a un grupo determinado de personas para lograr un bien común. Este líder debe tener la iniciativa o “empuje” para influir en la conciencia de otros agentes educativos, crear estrategias innovadoras para el proceso de mejoramiento continuo de las instituciones educativas, prepararse y mejorar continuamente sus prácticas pedagógicas en pro del beneficio de sus estudiantes.              
En síntesis, el liderazgo transformacional que mencionamos anteriormente, cuenta con tres elementos esenciales: una actitud colaborativa ante la toma de decisiones para lograr objetivos, un énfasis en el profesionalismo y motivación  del profesor, y finalmente una comprensión total del cambio que también motive el cambio en otros.

¿Cuál es la tarea que tenemos como líderes transformacionales?

Como profesionales en formación y futuras docentes, nuestra tarea se centra en motivar a todos los agentes educativos a través del planteamiento de objetivos claros y precisos, que orienten al establecimiento educacional a solucionar una problemática determinada, a mejorar su gestión administrativa o optimizar el ambiente y las relaciones entre pares docentes, entre pares estudiantes, entre docentes y estudiantes, administrativos, agentes educativos en general.
Es importante trabajar unidos por el bien común de una institución educativa, pues mientras la comunidad se mantenga trabajando unida, y bajo un ambiente sano y cordial, es posible mejorar la productividad y los resultados que se obtienen como producto de mejoras y optimización de procesos laborales.
Como potenciales líderes, entonces, tenemos un norte claro y fijo: trabajar arduamente por el bien de las instituciones educativas de las que seamos parte en el futuro, y por mejorar la calidad de la educación que reciben los niños y niñas de nuestro país.

viernes, 13 de mayo de 2011

Síntesis reflexiva del texto “Liderazgo y Eficacia Escolar”, (Óscar Maureira Cabrera, 2006)

Desde tiempos inmemoriales, el ser humano se ha organizado en grupos o comunidades. Comunidades pequeñas, grandes, pacíficas, bélicas, nómadas o sedentarias. Generalmente todas esas comunidades, por muchas características que las unan o diferencien, están guiadas por una persona carismática y de personalidad magnética, que es capaz (si cumple correctamente su función), de motivar al grupo, encabezar proyectos de acción, encausar las energías en pro del desarrollo óptimo de la población, y por sobre todo, influenciar y manipular las emociones de las personas a las que guía para lograr su objetivo. Este “cabecilla” se denomina LÍDER.
Existe evidencia de que culturas ancestrales reconocían la figura del líder y sus características principales, asociadas generalmente al poder, la moralidad y la eficacia. La cultura Egipcia, por ejemplo, posee antiquísimos jeroglíficos que ilustran algunos componentes básicos del liderazgo; el concepto “Seshemet” significa Liderazgo, “Seshemu” hace referencia al Líder y “Shemsu” representa al Seguidor. Así mismo se ha descubierto en libros clásicos chinos (S. VI A.C), un compilado de consejos orientados a líderes, que plantean lecciones sobre cómo liderar, las responsabilidades que conlleva ser líder y referencias morales varias. De la misma forma, los griegos a través de grandes filósofos y pensadores, hablaban de liderazgo asociado a sus héroes, destacando cualidades como la justicia y la sentencia, la sabiduría y el consejo, la astucia e ingenio y el valor y energía.
Tipos de liderazgos hay muchos; variedad de líderes también.  Existen algunos ejemplos históricos claros de líderes, como Alejandro Magno "El Triunfador", quien tenía como principio fundamental motivar mediante la correcta actitud. María Teresa de Austria "La Intrépida", hacía de la colaboración una estrategia exitosa para lograr sus objetivos. Federico "El Grande", motivaba mediante una actitud positiva y su autoridad moral. Por su parte, Ghandi "El Visionario", impulsaba a sus seguidores a través de visiones vividas y postulaba la realización personal.
Cabe destacar que en el ámbito pedagógico los líderes son necesarios, útiles y extremadamente relevantes. A continuación plantearemos algunas de las bases del liderazgo escolar, sus variables y diversas características, pues consideramos trascendental conocer detalles de los que debemos apropiarnos para transformarnos en verdaderas líderes educativas.

La teoría personalista:
Esta teoría se explica desde la psicología y habla de un individuo que posee ciertas cualidades, tanto desde el punto de vista intelectual, emocional y físico, que le hacen poseer cierto magnetismo sobre las demás personas. Para esta teoría el líder nace no se hace.
Se hace una crítica a esta teoría debido a que no lo relaciona al fenómeno ambiental ni social,  como sí ocurre en el caso de la teoría situacional. Existen diversas corrientes del liderazgo personalista: naturalista, carismático, autocrático, democrático y "laisses faire".
Dentro de todas las acepciones que se mencionan sobre la teoría personalista del liderazgo, nos llama la atención la frase “El líder nace, no se hace”. Consideramos  que es muy cierta, ya que el liderazgo es un talento innato que permite ver algo que otros no ven, para actuar con seguridad en la búsqueda del cambio. Sin embargo, creemos que no es una virtud sólo de unos pocos privilegiados, sino de muchas personas, ya que todo ser humano alguna vez siente la necesidad de adquirir interés, convicción y ser crítico frente alguna situación determinada que le conlleva a ser un líder. Lo importante radica en ser líderes positivos y auténticos, para así poder dejar un legado trascendental, posible de imitar por nuevas generaciones.

La teoría conductista:
Esta teoría se enfoca principalmente en el comportamiento que tiene el líder con respecto a sus manifestaciones conductuales. La teoría nace de Kurt Lewin, quien plantea que los comportamientos que tiene el líder son talentos o habilidades que se crean con el transcurso del tiempo, no se nace con estas características positivas.
Al realizar ciertos estudios en dos universidades, infirieron lo siguiente: lo primero se refiere a los aspectos afectivos que muestra el líder, como por ejemplo la responsabilidad, la confianza, la solidaridad, entre otras características. Lo segundo hace referencia a conductas relacionadas con la organización del trabajo, como por ejemplo en el desempeño de variadas tareas.
Estos estudios, a modo general, plantean que los líderes más eficaces tienden a mantener una mayor consideración de la auto-valía personal. También enfatizan en que los buenos líderes  emplean métodos de grupo, más que individuales, en el control y toma de decisiones, y por último, los líderes eficaces tienden a proponer altos objetivos de actuación. Una de las críticas más frecuentes a los líderes basados en las conductas, es la  falta de análisis de las situaciones en las que ellos mismos se ven involucrados.

La teoría situacional:
En el análisis situacional de liderazgo, se establecen los tipos de personas y conductas que se desarrollan asociadas al concepto de liderazgo; en otras palabras, el líder tiene la misión de ayudar a sus seguidores a alcanzar sus objetivos y de ofrecerles la dirección necesaria para que se desenvuelvan correctamente en los grupos y con diversos sujetos de la organización.
Así también, los líderes eficaces proporcionan un camino claro a sus seguidores, el que permite ir desde el punto en que se encuentran hasta la cima, para alcanzar sus metas laborales. Esto les facilita el recorrido de esta trayectoria, eliminando obstáculos y trampas que dificultan el logro de sus objetivos.

Teniendo nociones sobre la importancia y diversas corrientes que influencian al liderazgo pedagógico, no nos queda más que ponernos “manos a la obra” y pavimentar nuestro camino profesional como buenas líderes, con la única finalidad de cumplir nuestros objetivos y trabajar por el bien de la comunidad.